jueves, 10 de noviembre de 2011

HIGIENE DENTAL EN BEBES





Una duda frecuente en los padres es cuando empezar con la limpieza de los dientes y encías del bebé. Pues bien, normalmente los llamados "dientes de leche" comienzan a salir a los 6 meses, si bien, en algunos niños se puede adelantar o atrasar. Los primeros dientes en salir suelen ser los incisivos inferiores. Una vez que estos han salido debemos comenzar con los cuidados dentales, incluso si se desea, antes de salir los dientes podemos limpiar las encías con una gasa mojada en agua. Simplemente pasando la gasa por las encías, sin hacer fuerza, ya será suficiente. Igualmente cuando salen los primeros dientes es aconsejable seguir usando simplemente una gasa mojada en agua. 
Con el paso del tiempo hay que potenciar en el niño el uso del cepillo, debemos presentárselo como un juego, siempre con un cepillo de niños, cuanto más pequeño y más suave mejor. La mejor manera es cepillarnos los dientes nosotros sin pasta de dientes delante de ellos para que repitan nuestra acción. Luego, debemos repasar el cepillado para que sea efectivo.
No es recomendable usar pasta de dientes hasta que el niño no sea capaz de enjugarse, es decir, usar la pasta y saber escupir la sobrante. Según veamos que es capaz de hacerlo con agua pasaremos a usar una pasta de dientes de sabor agradable y siempre usando una cantidad mínima de pasta, como mucho, el tamaño de un guisante. Nunca se debe llenar el cepillo de pasta, ni en niños ni en adultos, ya que genera demasiada espuma y hace que el cepillado sea demasiado breve por el agobio de tener tanta espuma. 
Este proceso de limpieza debe hacerse al menos dos veces al día, siendo las más importantes las de la mañana (puesto que la boca durante la noche crea un ph propicio para generar caries) y la de la noche (fundamental para eliminar los restos de comida que podrían favorecer la formación de caries por la noche).
Recordar siempre dejar a los niños cepillarse ellos mismos y al terminar, revisar el cepillado y, hasta que comprobemos que lo hacen correctamente, ser los padres los que realicen el cepillado final.
Es fundamental acudir al dentista desde los 3-4 años de edad como mínimo una vez al año. Si es posible, acudir cada 6 meses para un mejor control. 
Lo más importante es crear en el niño un hábito, hacerle ver que cepillarse los dientes es una costumbre diaria más como puede ser el dormir o comer. De esta forma, junto con una buena alimentación, estaremos garantizando una buena salud dental de nuestros hijos. 



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