Los implantes dentales son una forma de sustituir las piezas dentales perdidas. Cuando es una pieza sola la que se ha perdido, es necesario esperar unos meses desde la extracción, una vez verificado que el hueso se encuentra en condiciones de albergar el implante, se realiza el tratamiento que, para una sola pieza, dura una hora aproximadamente. En esta primera intervención se coloca el implante pero no la funda o corona sino un pequeño tornillo de cicatrización que dará la forma a la encía. A los 3 o 4 meses el implante debe estar osteointegrado y se puede proceder a tomar medida para la corona o funda. Una vez realizada la corona (en torno a quince o veinte dias) se procede a la colocación de esta y se restablece las funciones dentales al completo.
Aquí podemos ver un caso, en la fotografía se aprecia la preparación de la zona donde se va a colocar el implante:
Este proceso, para colocar un solo implante, dura una hora aproximadamente y se realiza con anestesia local en la zona a tratar como si de un empaste o cualquier otra intervención sencilla se tratase. Una vez preparado el hueso se coloca el implante y se le añade un tornillo de cicatrización para la encía como antes se ha indicado. Aquí se muestra la radiografía final donde vemos la posición correcta del implante en el hueso.
Este implante hará la función de raíz y será el soporte de una corona (también llamada funda) al cabo de unos meses, una vez que se haya unido correctamente al hueso.
En la imagen siguiente vemos otro caso ya terminado. Es una radiografía con la corona ya colocada con lo que queda restablecida las funciones.