Hoy en día, y gracias a la preocupación por la estética, son más los pacientes de todas las edades que deciden comenzar su tratamiento de ortodoncia. Por norma general, los tratamientos de ortodoncia duran entre 18 y 24 meses, hay casos más complicados que necesitan más tiempo y otros que necesitan menos al ser más simples.
El tratamiento comienza con un estudio que consiste en la realización de radiografías, toma de impresiones y fotografías Con esto, se hace un estudio del paciente, de la evolución de los movimientos óseos y dentales y la decisión de que tipo de aparatología necesita. Tras este estudio, si el paciente requiere ortodoncia fija se procederá a la colocación de los brackets, que serán los encargados de corregir la posición de los dientes.
Para entenderlo mejor, aquí vemos un caso de una paciente que la posición de sus dientes le impide sonreír con total confianza:
Una vez realizado el estudio se procedió a la colocación de los brackets:
Los brackets se unen entre si mediante un arco. El primer arco que se coloca es muy flexible para que las fuerzas sean leves. El arco se une a los brackets mediante unas gomas (cuyo color se puede elegir). Los brackets que usamos en la Clínica Dental Francisco Bejarano son de alta gama (se caracterizan por tener "6 patas") es el llamado Sistema SWLF sinergy de Iberica Ortodoncia y permiten más movimientos que los convencionales, con menor rozamiento y un tamaño reducido. Los beneficios son una reducción del tiempo de tratamiento, unas fuerzas más leves y mejor vistosidad. Todos estos beneficios el paciente los agradece, sobre todo la reducción del tiempo de tratamiento por comodidad, aparte del beneficio económico al reducirse los meses de visitas.
A los pocos meses se suelen poner los brackets en la arcada contraria, esto se hace para desbloquear un poco primero la arcada superior para facilitar los movimientos, así como para dar tiempo al paciente que se vaya acostumbrando a llevar los aparatos. En este caso se colocaron primero arriba y a los 4 meses se colocaron los inferiores.
Vemos que en 4 meses los dientes superiores ya han mejorado en alineación, pero aún faltan movimientos como vemos en la imagen siguiente donde se aprecia como a la parte izquierda aún le queda abrirse para conseguir una forma de arco perfecto.
Mientras tanto, en la parte inferior se irán corrigiendo poco a poco la posición de todos los dientes, sobre todo de los incisivos que requieren espacio.
Ortodoncia removible
Dentro de la ortodoncia también se incluyen los tratamientos a niños en edad de recambio dental, es decir, niños que presentan dientes definitivos pero también dientes de leche. (aproximadamente entre los 8 - 9 años) Para estos tratamientos se usa ortodoncia removible, donde los aparatos pueden ponerse y quitarse. Su función es ortopédica, por lo que no busca tanto mover dientes sino que intentan dar amplitud a la arcada para que, en el futuro, puedan tener más espacio y, si necesitará corregir la posición de los dientes, fuese un tratamiento más sencillo, evitando posibles extracciones por falta de espacio.
Aqui vemos un caso donde el poco espacio requiere de aparatologia removible tanto en el maxilar superior como en el inferior.
Vemos como a pesar de la separación de los dientes centrales el maxilar superior se encuentra comprimido, teniendo un paladar estrecho que puede provocar, además de la salida de los dientes en posiciones no correctas, dificultad para respirar correctamente y, en consecuencia, mayor facilidad para tener enfermedades respiratorias o simples resfriados.
En la imagen se aprecia la estrechez del paladar. Por tanto buscamos dar al niño una amplitud a través de estos aparatos removibles. A veces, esta ortodoncia se puede usar para mover algún diente que por alguna causa haya salido bastante inclinado o al morder queda cruzado respecto a los dientes antagonistas.
Estos tratamientos tienen una duración media de un año, al ser removibles no hace falta usarlos en el colegio, solamente en casa y, por supuesto, para dormir. Y lo más importante es conseguir la colaboración del niño, para eso debemos actuar conjuntamente los padres y el dentista. Es fundamental presentar estos tratamientos de una forma divertida al niño, nunca como algo malo. Haciendo ver que esto hará que tenga los dientes más bonito y pueda presumir en el colegio. Hay que saber motivarlos para que el tratamiento sea lo más llevadero para ellos, puesto que al ser posible quitar y poner por el propio niño, si él no está convencido, el tratamiento será un trauma para él y para los padres que deberán estar todo el día pendiente de si lo usa o no.