La boca es la entrada al cuerpo de la alimentación y los dientes son fundamentales para que esos alimentos entren de forma adecuada al organismo. Una masticación correcta lleva a una mejor digestión y asimilación de los alimentos en el estomago. A esto se le llama "función masticatoria" que junto con la "función fonética" (poder pronunciar bien todas las palabras) y la "función estética" (tan valorada hoy en día) son las "utilidades" de los dientes. Ya sea por tener los dientes bonitos, por poder comer bien o poder hablar correctamente es necesario cuidar nuestra boca en general, y los dientes en concreto.
Para esta limpieza debemos tener un cepillo dental correcto, lo más importante es saber que los cepillos de dientes cuanto más simples en su configuración, son mejores. No comprar cepillos con muchos tipos de cerdas, con formas curvas, con grandes novedades, un cepillo ideal es aquel en el que las cerdas son todas del mismo tamaño, o con pequeñas variaciones. En la farmacia podemos encontrar cepillos con estas características Ejemplos de marcas recomendables es PHB, Vitis, Lacer...
Dentro de estas marcas hay diferentes tipos, cada encía requiere un cepillo pero podemos generalizar que para pacientes con una boca sana elegir tipo medio, para pacientes con sangrado de encías o acumulación de sarro elegir tipo suave y para niños elegir tipo junior.
La pasta de dientes es indiferente en la mayoría de pacientes, nos guiaremos por el sabor más agradable.
Para comenzar el cepillado se sugiere empezar por la parte más posterior, por el final de las muelas. Esta parte es más propensa a tener caries y es por donde debemos comenzar a cepillarnos.
Es importante cepillar la parte donde mordemos pero también la parte de fuera y de dentro con movimientos vibratorios. No es aconsejable "arrastrar" el cepillo, sino "hacerlo vibrar" sobre las muelas.
En la unión del diente con la encía debemos tener especial cuidado, un exceso de fuerza puede llevar a desgastes y molestias pero no limpiar esta zona puede llevar a la acumulación de sarro.
Colocaremos el cepillo con un angulo de 45 grados hacia la encia y volveremos a usar movimientos vibratorios sobre dos dientes máximo.
Una vez hayamos limpiado una zona es conveniente comprobar que no quedan restos en la unión de la encía y el diente. Así lo haremos por todas las zonas delanteras de los dientes y por dentro en los dientes posteriores. En la zona delantera por dentro tendremos que colocar el cepillo en posición vertical.
De esta forma nos aseguramos llegar a la unión encía diente que en la zona inferior es muy propensa a acumular sarro.
Así habremos hecho un cepillado correcto, de una duración de al menos tres o cuatro minutos, que son los necesarios para que el flúor sea captado por los dientes, sobre todo en pacientes jóvenes. En pacientes adultos la capacidad de absorción de flúor es más limitada, por lo que este cepillado se puede hacer sin pasta de dientes para poder hacerlo con más precisión y luego al final usar la pasta de dientes para dejar buen sabor.
Un saludo.
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